¿Nunca se ha de decir lo que se siente?

Parafraseando a Quevedo, no he de callar, no se debe callar, por más que el miedo nos amenace.

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domingo, julio 29, 2007

Una caja vacía o una biblioteca llena.

Cuando únicamente ocupo mi tiempo en mirar lo que me rodea, en la seguridad en la que confía el que sólo observa, no es extraño que termine condenado a envidiar lo que tanto miro.

Mirar en mi interior, me produce vértigo, una caja vacía, un espacio vacío, pero en realidad no es así. Al fin y al cavo yo soy lo único real, mi propia existencia es la única que siento. Todo aquello que supera la frontera de mi mismo no es más que un espejismo para mis sentidos, luces, sonidos, olores. Sensaciones sintetizadas por mi cerebro y que terminan alimentando mi alma. El desierto no esta dentro de mí, sino en mi contorno, cultivando mi propio oasis doy vida al desierto que me rodea. La satisfacción de una bliblioteca llena de libros.




La peor soledad es la de uno mismo, la peor condena sería mi propia ausencia.

domingo, julio 22, 2007

De Madrid al Cielo, Luces y Colores.
















Del Oeste a Oriente.

Hace pocos días se anunciaba; Madrid entre las 10 capitales del mundo con mejor calidad de vida. Una de estas encuestas más o menos relevantes. Lo cierto es que Madrid es una explosión de posibilidades en estos días, para muestra un botón. Un periplo interesante. Paseo por el parque del Oeste de Madrid, un libro y un asiento en el césped para escuchar una banda de música.




De camino una parada para observar la caída de la tarde frente al Templo de Debob. ¿ Quien no sabe que en Madrid hay un auténtico templo Egipcio?.

La historia del templo es la siguiente, el Templo de Debod fue un regalo de Egipto a España (año 1968), en compensación por la ayuda española, tras el llamamiento internacional realizado por la UNESCO para salvar los templos de Nubia, principalmente el de Abu Simbel, en peligro de desaparición debido a la construcción de la presa de Asuán. Egipto donó cuatro de los templos salvados a distintas naciones colaboradoras: Dendur a los Estados Unidos (se encuentra actualmente en el Museo Metropolitano de Nueva York), Ellesiya a Italia, Taffa a Holanda y Debod a España.
Ya de noche tiempo de fiesta, y parada en la plaza de España para escuchar un grupo de música cubana.

Para terminar en la Plaza de Oriente, frente al palacio Real donde se podía escuchar y ver a través de una pantalla, el recital de Plácido Domingo que se estaba desarroyando en el interior del Teatro Real. Conmemoración de los 10 años de reapertura del Teatro.




Y para terminar de Madrid al cielo, fuegos artificiales frente al Palacio. ¿ No fue una tarde completa?. Y además estamos de Rebajas.

martes, julio 17, 2007

De lo que nutrimos nuestra mente.

Al final de la tarde me encontraba sólo en el laboratorio, inmerso en el desarrollo de un nuevo programa. Siguiendo líneas de código, encontrando mis propios errores, imaginando la mejor solución, mi Sudoku particular. Sin aire acondicionado ya, la ventana abierta, y oyendo música de la radio por Internet. RNE Radio Clásica, coincido con la retrasmisión en directo de Madame Butterfly desde el Teatro Real, otra vez me encuentro con esta señorita. Sigo con mis líneas; condiciones, variables, bucles encadenados, métodos, atributos.

De vez en cuando algún aria llama mi atención, y desconecta mi mente de la lógica del programa. Cierro el "chiringuito" y de vuelta a casa sigo escuchando la representación en la radio del coche, cada vez capta más mi atención, hasta el punto de que cuando llego a casa, me quedo a escuchar la radio dentro del coche. Llega el momento final y el más trágico, fin, aplausos. Realmente me ha gustado, sin ser un experto ni un aficionado asiduo, me ha emocionado. Ha resultado una experiencia gratificante. Algo que, por unos momentos, ha conseguido llenarme igual que el aire llena mi pecho al respirar hondo.

Esto me ha llevado a pensar cuantas cosas sencillas se dejan sin aprovechar; un libro, una película, un programa de radio o televisión. Tampoco hay que caer en el error de querer abarcarlo todo. Me viene a la cabeza una frase de una película que vi hace unas semanas, “Historia de un crimen”. Esta película cuenta la historia que ya contaba otra película, “Truman Capote”, hace poco más de un año. Dos películas muy recomendables que, a pesar de contar la misma historia, curiosamente no resultan redundantes.

En “Historia de un crimen”, Truman Capote envía varias revistas pornográficas a Perry Smith, que se encuentra en la cárcel esperando una sentencia de muerte. Truman Capote pretende ganarse el favor del asesino y que éste le confíe la historia del crimen cometido y su propia historia. Capote espera que un hombre rudo, en principio sin sensibilidad alguna, y que ha cometido un asesinato tan despiadado, "a sangre fria", no aspire a otro tipo de inquietudes más que las de desahogarse con unas cuantas revistas de desnudos. Perry Smith le sorprende, nos sorprende a todos, devolviendo las revistas con una carta en la que le indica que, teniendo en cuenta el poco tiempo que le queda, aspira a alimentar su mente con algo más elevado.

sábado, julio 14, 2007

Madame Butterfly en Opera




Año tras año la opción de quedarse a pasar unos días de verano en Madrid cada vez es menos trágica, este año además, acompaña que el calor no ha empezado a apretar. La oferta cultural y de ocio de la capital, que habitualmente es extensa, en verano se dinamiza aún más y sale a la calle. Quien pasease ayer por la plaza de Oriente a la caída de la tarde, disfrutaría de una música de ambiente excepcional, nada menos que la música de la ópera Madame Butterfly que se estaba representando en esos momentos en el Teatro Real.


Un ambiente pintoresco, en el que no faltaban azafatas, caracterizadas a la usanza de la trágica Geisha, repartiendo programas del evento. Mucha gente ocupaba la plaza dispuesta a disfrutar de la opera de principio a fin. Mi primo el músico y yo pasamos a disfrutar del ambiente. Antes unas cañas en El Alabardero, y después la plaza con banda sonora de Puccini, rebosante de vida. Ya había caído la noche, aunque eso en Madrid no se traduce en oscuridad ya que las luces artificiales de la ciudad iluminan el cielo, cuando dimos la espalda al teatro, mientras escuchando la música, encaramos la silueta del Palacio Real, y le echamos un vistazo desde lo alto a los Jardines de Sabatini.

Había que terminar bien la noche, nos dimos un capricho y firmamos el día tomado el fresco de la noche y embriagados por la violetas de un Castillo de Ygay de 1998. Uno de esos días para anotar en la agenda personal de cada uno.




jueves, julio 12, 2007

No hacen falta más palabras


miércoles, julio 11, 2007

Alguien que creía en España.

Supongo que por estar recordando a los que ya no están como Miguel Ángel Blanco, ha venido a mi memoria el recuerdo de alguien de mi familia que murió hace poco más de un año, entonces escribí esto:

Hoy es domingo, pero no un domingo cualquiera. Tirado en mi cama paso la resaca de los acontecimientos transcurridos. Leyendo un libro “El pintor de batallas” que habla de muerte de la muerte absurda que acompaña a las guerras pero tan ligada al hombre, curiosa coincidencia, precisamente ahora. Porque ayer mismo me encontré de nuevo de cara a cara con la muerte, la muerte ajena, la de alguien cercano a mí y a los míos, muerte inesperada de alguien a quien conocía. ¿La conocía?. No creo. Era de mi familia, y es importante decirlo porque verdaderamente lo siento como tal, y es importante porque muchas veces esto no tiene que ver con árboles genealógicos ni linajes. Mujer temperamental en ocasiones excesiva gritona dirían algunos, cercana y cálida. No recuerdo que en su vocabulario existiesen palabras o expresiones como “puede”, “tal vez”, “a lo mejor”, todo en ella era “sí”, “no”, “lo sé”, o “no lo sé”, aunque no creo equivocarme si digo que siempre predominó el sí. Recuerdo una de las últimas ocasiones en las que disfrute de la hospitalidad de su casa, una tarde de verano, alguien chapoteaba en la piscina y me había quedado medio transpuesto sobre el sofá del salón, noté como según pasaba desde la cocina aprovechaba para acariciarme el pelo tal y como lo hubiera hecho mi propia madre, un par de segundos, ninguna palabra, algo totalmente cálido, una muestra de afecto totalmente sincera. Mujer con carácter, madrileña de nacimiento y afiliación, sin pelos en la lengua, “Qué se puede esperar de alguien que reniega del apellido de su padre” decía refiriéndose a José Luis Rodríguez. Se alteraba al escuchar las noticias, se ponía de mal humor y no sabía callar.
Mujer con carácter que crió a sus hijas sin tonterías, dos niñas que son ahora ya dos mujeres encantadoras con la cabeza muy bien amueblada. Mujer con carácter que creía en España al igual que antes su padre, y que se la llevaban los demonios al escuchar tanta tontería, tanta mentira, tanta palabra a medias. Mujer con carácter sin dobleces que decía las cosas a la cara aunque sentasen mal. Todo un “espíritu valiente” como diría Quevedo. Mujer con carácter, persona incómoda para estos tiempos en los que no queremos enterarnos y nos molesta que nos griten las cosas al oído.
Alguien que creía en España, que pocos quedan ya.

martes, julio 10, 2007

¿ donde estabas entonces ?

Esta es la pregunta recurrente, y al menos en mi caso creo estar seguro de que no es una pregunta inducida por los medios de comunicación. En este caso los medios no han hecho más que reproducir y dar altavoz a esta pregunta que creo que muchos nos hemos echo en la intimidad de nuestro pensamiento, a modo de pregunta retórica por que es muy fácil que cada uno de nosotros lo recuerde.

Es difícil desligarlo, de alguna forma es como aquello que relatan de las siluetas de las personas que quedaron impresas en las fachadas de los edificios de Hiroshima. En esta ocasión es una imagen que ha quedado impresa en nuestra memoria. Recuerdo que estaba en la piscina de Ciudad Universitaria, ese verano me saque un bono y solía ir casi todas las tardes a hacer largos en la piscina. Estaba sentado en el borde con los pies remojados, recuperándome del último largo, como siempre sonaba la radio en el sistema de megafonía, alguna cadena de música M-80, Cadena 100, creo que no eran Los 40. Interrumpieron la música para dar un avance informativo, habían encontrado a Miguel Ángel Blanco en la cuneta de una carretera con un tiro en la cabeza. No aseguraban que estuviera muerto pero tal y como lo describían no quedaban muchas esperanzas.

Tengo muy claro donde estaba hace 10 años. Creía tener claro donde estábamos casi todos hace poco más de 4 años. Tengo muy claro donde estoy, pero ¿donde estamos ahora?, ¿donde estas tú?

sábado, julio 07, 2007

En un tablon de corcho.


Haciendo limpieza he encontrado una carta caída detrás de un mueble, tres hojas manuscritas de una carta que nunca envíe. Una carta cubiertas de polvo, algo más personal todavía, un borrador de una carta de reflexiones sinceras. Me he encontrado conmigo el 17 de mayo del 2003, hace más de cuatro años.

Curiosamente la carta me ha guiado a algo muy preciado que tenía olvidado, ha sido un mapa del tesoro. Una dedicatoria oculta debajo de un montón de notas pinchadas en el cuadro de corcho de mi habitación. Una colección desordenada en el tiempo de recuerdos.

Rebuscando, por un momento tuve el temor de que ya no estuviera, encontré otros recuerdos: El concierto de Dire Straits un 13 de Mayo de no se que año, una multa de tráfico, un viaje de ski a Candanchu, una película francesa con título premonitorio “La fortuna de vivir”, otro concierto de Evanescence, otro de Mecano, el más reciente de Tool, recuerdos de mi viaje a Venezuela.

En algunas me detuve a recrear mis pensamientos, me pare a leer un momento el poema de Edgar Allan Poe a su amor imposible Annabel Lee:

“It was many and many a year ago,
In a kingdom by the sea,
That a maiden there lived whom you may know
By the name of Annabel Lee,
And this maiden she lived with no other thought
Than to love and be loved by me.



No conocí yo esta historia de Annabel Lee a través de este poema, sino a través de la versión de la canción, del mismo título, de Radio Futura. Un poco más arriba, en el tablón, encontré una de esas citas que apunte en mi adolescencia tardía. En esa época que tenemos algunos chicos en que lo vemos todo negro y nos dedicamos a leer a gente poco recomendable, con la intención de encontrar respuestas universales a nuestras preguntas sobre el mundo:


Uno busca a alguien que le ayude a dar a luz sus pensamientos, otros, a alguien a quien poder ayudar: así es como surge una buena conversación

Creo recordar que es de “Mas aya del bien y del Mal” de Nietche. En aquel momento no tenía la experiencia para respaldar la teoría de esta afirmación. Desgraciadamente también tengo la experiencia que corrobora esta otra reflexión:


El choque escondido de un conflicto silencioso es mucho más difícil de soportar que una lucha franca

Finalmente allí debajo estaba, una tarjeta pequeña, en cartulina azul, una dedicatoria a bolígrafo también azul:

Respira quieto, recoge tus pensamientos y déjate envolver en las caricias de las palabras

Después de leer la nota tranquilamente y respirar hondo, la volví a pinchar en el cuadro de corcho, otra vez debajo de todas aquellas notas. La carta la guarde en un cajón. Tal vez me vuelva a olvidar de ella, tal vez la vuelva a encontrar después, tal vez vuelva a encontrarme conmigo tal y como era hace ahora cuatro años.

jueves, julio 05, 2007

Una burbuja en el escenario.




Ya desde hace algunos años, hablar de los veranos de Madrid es hablar de las noches del Conde Duque. Los conciertos en este escenario tienen un sabor, un aroma especial. A partir de las diez de la noche, las primeras brisas refrescantes y los aromas especiales de las noches veraniegas de Madrid, se entremezclan con las notas musicales y los olores característicos de un concierto; la humedad generada por el calor de los focos, el olor de la neblina producida por el hielo seco.

En este caso, la brisa fresca, Julieta Venegas. Una niña jugueteando por el escenario. Julieta Venegas se comporta en el escenario con un aire de niña pequeña sin sobreactuación ni artificio, algo ingenua pero menos. Melodías amables, letras sencillas en su forma, aptas para todos los públicos, y más profundas en su fondo. Acarician la piel provocando una sonrisa relajada o profundizan amablemente en tus pensamientos para extraer recuerdos presentes o pasados. En este caso, la brujita de Julieta Venegas tiene la facultad de hacernos recordar con una sonrisa, sucesos que alguna vez pudieron no ser tan amables, a veces sonrisas acompañadas hasta de un suspiro tranquilo.

Una burbuja botando por todo el escenario dentro de la cual terminamos, con gusto, metidos los que la observamos.