¿Nunca se ha de decir lo que se siente?

Parafraseando a Quevedo, no he de callar, no se debe callar, por más que el miedo nos amenace.

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martes, agosto 28, 2007

Momentos intrascendentes.



Hay momentos que se registran el la mente de cada uno, no tiene que ser momentos históricamente relevantes, no son de manual. Hay uno que recuerdo y recordare toda mi vida aunque ya no exista ese lugar. El balcón de nuestro piso en la playa frente al mediterráneo, un piso de verano de los que salieron como setas en los 70. Una noche de verano, de las de “Verano Azul”, como muchas de las que había pasado hasta ese momento de mi vida, todavía cabía en una de aquellas sillas de mimbre, de noche con la luna casi llena alumbrando el mar, el rumor de las olas, yo y mi padre en el balcón disfrutando de la brisa, de los olores del mar, y mi padre me dijo que me acordaría de ese momento, de ese instante de mi vida. Me sigo acordando, no se por que.