¿Nunca se ha de decir lo que se siente?

Parafraseando a Quevedo, no he de callar, no se debe callar, por más que el miedo nos amenace.

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martes, agosto 04, 2009

La curiosa relatividad del tiempo en Cambados.

Hay un hecho físico curioso que se produce todos los años, se experimenta el primer fin de semana de Agosto, y se localiza en la población Gallega de Cambados. El hecho es que el tiempo pasa especialmente rápido. Será la influencia de la ría, la fiesta, o las amenas conversaciones que transcurren por caminos insospechados alrededor de una, dos y tres, incontables botellas de Albariño.

Este pasado fin de semana acudimos un año más a la Fiesta del Albariño en Cambados, ya en su edición número 57. Como en citas anteriores, el epicentro de la fiesta se situó en el Paseo de la Calzada, o A Calzada, a lo largo de la cual se situaron las 43 bodegas repartidas entre los 40 stands habilitados para la venta de Albariño. Lugar que alcanza su máximo punto de ebullición en las horas crepusculares de la tarde. El paseo aparece entonces abarrotado de jóvenes eufóricos, en ocasiones, “uniformados” con las camisetas de las diferentes peñas, diseñadas con más o menos acierto como parte de otro más de los concursos organizados en el marco de las fiestas.

Círculos de familiares y amigos se reúnen en torno a las botellas de Albariño, botellas que terminan huérfanas y acumulándose vacías sobre las mesas del paseo, formando un interesante cuadro de colores. Albariños, en su mayor parte del 2008, en los que se nota también su juventud, quizás la premura por estar embotellados para la fiesta. Aromas minerales, salinos, algo de flores blancas y cítricos. Aún no afloran aromas frutales, para lo que quizás, aún el vino necesite algo de reposo en botella. Al anochecer, las luces de los stads iluminan las caras felices de los visitantes y ya no importa que alguna nube poco considerada descargue generosamente su agua sobre la concurrencia. A esas alturas el tiempo ya no importa, el atmosférico tampoco, y el personal hace por adecuarse debajo de los toldos de las casetas, acercándose entre si aún más.

Mientras la fiesta transcurre en el paseo, en el Hotel Parador de Cambados, el antiguo Pazo de Bazán del siglo XVII, se celebra la XXI Edición Cata - Concurso “Rías Baixas-Albariño”. En estta edición del concurso participaron más de 63 marcas. De las cuales sólo tres terminarían por ser galardonadas como los mejores Rías Baixas-Albariño de la cosecha 2008. La Cata Concurso, organizada con Consejo Regulador de la D.O. Rías Baixas, fue realizada por 20 expertos. El grupo de catadores lo formaron tanto, miembros del panel de cata del Consejo como expertos externos de prestigio. Entre los catadores externos se encontraron Bartolomé Sánchez, director del grupo Opus Wine; Carlos Maribona, colaborador de gastronomía del periódico ABC, o Cristino Álvarez, periodista en la Agencia Efe; entre otros. Seguramente todos deseosos de sumarse a la fiesta del vino que se vivía fuera del parador.

Los resultados del concurso se hicieron públicos el domingo, como colofón a la comida oficial que se celebra todos los años. El vino ganador fue Lagar de Costa, que se elabora en Castrelo la bodega de Dolores Fontán Limeres. La medalla de plata recayó en Pazo Pondal, de Arbo en la subzona de O Condado, y el tercer premio fue para Señorío de Rubiós, de As Neves, tambien de la subzona de O Condado, la cual fue la bodega ganadora el año pasado. Al terminar la fiesta solo nos quedo recoger y realizar el largo camino de regreso a casa. Durante el cual el tiempo se hace eterno, pero esto ya no es un misterio.

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